De pie todos,
Aplausos
Para recibir
Al caballero de
Palabra sabia,
Al visionario timonel
De puerto seguro.
Ven,
Siéntate a nuestro lado
Viejo amigo
Deja tus preocupaciones
Un momento;
Compartamos
Este almuerzo de
Emociones
Preparado con las
Legumbres
De tu experiencia
Sazonado con los
Ingredientes de tu
Sensibilidad
Y adornado
Con el postre de tus
Sueños.
No te sorprendas
Padre
Por este acto,
Cierto es que muy poco
Se rinde homenaje
A tu misión
Ferviente
Callada y
Consecuente.
Tus canas son
Testigos
De noches incompletas
De quejas escondidas
De angustias y reveses.
Tu frente
Es libro abierto
Llena de surcos anchos
Donde se guardan
Silentes
La procesión
De tus años.
Tus manos de artesano
Constructoras
De esperanzas
Me llevaron desde niño
A la escuela
A la oficina
Al taller
Al arado
Donde aprendí a
Escribir
Muy temprano
Todo el abecedario
De fe, valor y
Decisión,
Razones que siempre
Fueron
Tarea de una lección.
En tu caballo frontino
Partías de madrugada
Siempre optimista
Contento
Llevando al viento
Tu fama
De hombre MODESTO
Prudente
Honorable
Limpia el alma.
Nunca te vi doblegar
Ni en las más duras
Jornadas
Fuieste un gran batallador
Hombre de pocas
Palabras.
De noche cuando llegabas
A la casa a descansar,
Las revistas
Documentos
Los libros
Las herramientas
Los consejos
Mil proyectos
Batían tu trajinar.
Motivos hay padre
Amado
Para celebrar tu
Gran día
Tus hijos con alegría
Te cantamos con amor:
Padre tu altiva
Misión
La has cumplido
Con pasión;
Tu nombre y tu ejemplo
Son
Para tu hogar tan
Querido,
Pergaminos indelebles,
Tatuajes
Del corazón.
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